Como cuidar y consentir tus pies

Al final de nuestra jornada, es común sentir nuestros pies cansados, adoloridos o inflamados, ya que durante todo un día andamos de aquí para allá, nos pasamos largas horas de pie, caminando con los zapatos inadecuados, usando zapatos incomodos, demasiado altos o bajitos, subimos y bajamos escalas o simplemente estamos en una misma posición todo el día. Es importante dedicarles atención y cuidados especiales a nuestros pies para mantenerlos saludables, suaves y hermosos.

Nuestros pies son una parte muy importante y sensible de nuestro cuerpo, en ellos recae todo el peso corporal, absorben el impacto al caminar, nos brindan estabilidad y nos ayudan a mantenernos de pie, nos impulsan y nos trasladan. A la hora de cuidarnos y aplicar nuestras rutinas de belleza, nos enfocamos en otras partes de nuestro cuerpo y nos olvidamos de nuestros pies, a pesar de sentirlos agotados y resentidos.

Una buena forma de liberarnos de la tensión acumulada durante el día es mediante un baño relajante para nuestros pies, lo único que debes hacer es meter tus pies en un recipiente con agua caliente durante 10 o 15 minutos; para un efecto aún más relajante puedes agregarle sales de baño, te recomendamos la sal marina o la sal de Epson. Las sales de baño mejoran la circulación, reducen las tensiones musculares, espasmos y hasta lesiones musculares, ayudan a limpiar la piel y a exfoliarla. Y como complemento terapéutico, puedes añadir también aceites esenciales, que aromatizaran el agua y la impregnarán de todos sus beneficios, la lavanda tiene grandes propiedades antisépticas, ayuda a calmar y a desinflamar. Unas cuantas gotas de aceite de oliva, de coco o de almendras hidratarán tu piel a profundidad y evitarán que los aceites esenciales se adhieran a tu piel.

Es esencial que seques muy bien tus pies y no descuides los espacios entre los dedos, ya que la humedad es una de las mayores causas de los hongos y las bacterias. Después del baño, la piel estará más suave y blanda, puedes aprovechar para limpiar dentro y alrededor de tus uñas y retirar cueritos con la ayuda de un corta-cutícula. También puedes ayudarte de una piedra pómez o una lija de pies para suavizar y remover todas aquellas callosidades, usa un exfoliante para terminar de remover la piel muerta, puedes hacer una mezcla a base de avena, leche y azúcar. Si sufres de callos en tus pies, te recomendamos las infusiones de caléndula para desinflamar y aliviar la hinchazón, también son muy buenos los vendajes con bicarbonato de sodio, vinagre, limón, papaya o tomate.

Un buen masaje para tus pies despojará completamente cualquier molestia, eliminará el cansancio y el dolor de tus pies. Con un poco de crema humectante masajea cariñosamente por todo tu pie, haz movimientos circulares presionando con tus dedos pulgares sobre la planta de tus pies intentando soltar toda tensión y rigidez de tus músculos. Hala suavemente tus dedos uno por uno, tratando de estirarlos y desestresarlos, con una mano toma tu talón y con la otra rota la parte de adelante de tus pies de izquierda a derecha y derecha a izquierda, sigue masajeando hasta que lo sientas. Los masajes estimulan la circulación de los pies, relajan y calman.

No olvides humectar tus pies para mantenerlos suaves e hidratados. La piel de tus pies es más gruesa y necesita más hidratación, puedes usar un poco de crema humectante, aceite de almendras o una mezcla entre las dos. Si tienes los pies resecos y agrietados, frótate un poco de vaselina o aceite de almendras sobre tus pies y después ponte unos calcetines antes de acostarte a dormir, a la mañana siguiente despertarás con unos pies suaves y tersos.

Después de un día de intensa actividad, nuestros pies son los que más sienten el impacto, Ellos tienen una labor ardua y por eso merecen que los cuidemos y consintamos, sigue estos consejitos diariamente y te sentirás descansada y llena de energía, tus pies te lo agradecerán.

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